Quito y sus gentes
Son Doris y Efraín, quienes tomaban un café en uno de los acogedores rincones del Tres Gatos Café, en el centro norte de Quito. Efraín es el ex baterista de los “Chigualeros”. Banda pionera en fusionar los ritmos como el chigualo, que deriva de un ritual musical de comunidades afroecuatorianas, con instrumentos y sonidos contemporáneos.
Doris es sobrina de “Don Segundillo”, sobrenombre de Don Segundo Quintero, líder de la banda y de quien heredó el gusto por las artes y la habilidad con el sonido.
La banda recibió un reconocimiento el 2014 en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, por más de 30 años de música que ha marcado el ritmo de marimbas, bombas y cununos por América y Europa. Por ello, por el rescate de la identidad y por la creación de una escuela de música que ha preparado al menos 200 jóvenes músicos que dan continuidad a la obra.
El extrañar la tierra, tema que da vida a
la canción “Añoranzas”, forma parte de su amplio cancionero
caracterizado por vivencias Esmeraldeñas y yo creo que de todo el
Ecuador. Son sin duda las causantes de su éxito tanto en el extranjero,
como en las salsotecas nacionales. Tal es el caso de uno de los bares
más emblemáticos de Quito, el Seseribó, que fue el escenario de la vida
nocturna de la capital ecuatoriana.
La trayectoria de la banda es
amplia, cuenta con numerosos premios y ha tocado en festivales de
Alemania, España y Suecia, entre otros. Donde compartieron escenario con
Oscar D´León, Gilberto Santa Rosa, Los Sonora Matancela, Joe Arroyo y
Carlos Santana, solo por nombrar algunos artistas con los que se
codearon.
Hoy en día, la pareja que lleva seis años casados, son
escritores y buscan encontrar la prosa del texto poético con una fusión
Jazz- Rock. Viven actualmente en Ambato, pero quieren encontrar un lugar
en Quito, este será su hogar por los múltiples espacios para las artes.
Por Elías Armendaris
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