HUMITAS
HUMITAS:
Las
humitas o choclotandas constituyen una comida típica con base en una masa hecha
con granos de maíz tierno, huevos, mantequilla, queso y sal o azúcar, según la
preparación vaya a ser servida como plato de sal o de dulce. Esta masa se
coloca en las “chalas” o “cutules” que son las hojas que cubren la
mazorca. Luego se cocina al vapor. Su origen es incierto pero hay pruebas que
apuntan a su probable uso en las comunidades pre incásicas como la
cultura Cañari que se asentó alrededor del 500 AC en varias provincias del
centro y sur del Ecuador, sobre todo en Azuay, Cañar, aunque también hay
evidencias de su presencia en Loja, El Oro, Chimborazo y Morona Santiago. Tras
la conquista Inca y posterior dominio hispano la receta sufrió cambios y se le
añadieron ingredientes tales como la mantequilla, la manteca de cerdo y el
queso.
Para
su preparación se muele el choclo tierno hasta que se haga una pasta a la que
se le añade el queso rallado, luego las yemas de los huevos, la cebolla blanca
finamente cortada y batir agregando sal a gusto. Aparte se habrá batido las
claras hasta conseguir el punto de nieve, mezclar ambas preparaciones
suavemente, poner una cuchara grande del preparado en las hojas de choclo y
cocinar al vapor por una hora más o menos. En tiempos más recientes se le añade
polvo de hornear para maximizar su crecimiento. En las humitas dulces se suele
añadir, aparte del azúcar, anís español y algo de licor.
Es
un buen tentempié de media tarde o de noche para acompañarlo con café y ají,
quizá por eso se ha extendido su consumo por todo el país, modificando un tanto
la receta hasta acompañarla con vino tinto. Los mejores lugares para servirse
una humita se hallan en torno a la Plaza Grande en las innumerables cafeterías
de toque Colonial que pueblan las inmediaciones, sin embargo hay un buen
restaurante de nombre “La casa de la humita y el tamal Lojano” en las calles
Selva Alegre y Gualberto Arcos en el Nor-Occidente de Quito en el barrio “Las
Casas”. Siendo un plato tan tradicional, son variados los lugares en toda la
ciudad, en donde es fácil deleitarse con este manjar.
Elías Armendaris
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